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*** Ah, la cantera..... a nivel no profesional en nuestro país ***

Porque mientras en lo profesional discutimos dinero y déficits, el futuro del baloncesto español está en las pistas de barrio, bajo techos bajos, con padres gritando desde las gradas de plástico y entrenadores que cobran menos que un repartidor.

Y ahí… hay oro.

¿Cómo construir una cantera exitosa a nivel aficionado?

1. Olvida el resultado: juega para formar

En lugar de obsesionarse con ganar cada torneo infantil (¿en serio? ¿a los 10 años?), prioriza el desarrollo técnico: manejo de balón, pases correctos, lectura del juego.

Un niño que aprende a pensar antes que a meter triples será mejor jugador a los 16… aunque hoy pierda por 20.

2. Entrenadores formativos > exjugadores frustrados

No todo exjugador sabe enseñar. Necesitas personas pacientes, emocionalmente estables y formadas en metodología infantil —no tipos que gritan porque así les entrenaron “en su época”.

Que expliquen *por qué* se hace algo… no solo “¡hazlo o te siento!”.

3. Juega contra equipos distintos (fuera del pueblo)

Siempre juegas contra los mismos rivales... terminan siendo amigos antes que oponentes.

Rompe la burbuja: organiza partidos fuera del municipio regularmente —equipos grandes y pequeños— para exponer a los chicos a diferentes estilos: más físico, más rápido o más táctico.

Eso desarrolla adaptabilidad… como cuando España gana un Eurobasket gracias al *sistema*, no al talento individual puro.

4. Menos torneitos sin sentido; más microciclos técnicos

¿Otro fin de semana perdido en un "Torneo Internacional Sub-9" donde todos juegan mal pero ganan medallas? No gracias.

Mejor usar ese tiempo para sesiones intensivas breves: manejo ambidiestro dos días por semana + salida rápida tras rebote defensivo otro día + defensa colectiva coordinada otra vez…

Pequeñas piezas = gran rompecabezas luego.

5. Involucra familias como aliadas (no amenaza)

Muchas veces los padres meten presión innecesaria porque no entienden el proceso formativo.

Habla con ellos cada mes: cuéntales lo que se trabaja técnico-tácticamente... explícales tiempos reales (“tu hijo puede tardar tres años en mejorar su tiro si practica bien”).

Familia informada = menor estrés + mayor compromiso realista.

El secreto

El sistema español ya tiene ADN formativo —mira lo hecho con Scariolo o cómo jugaban nuestros equipos base internacionales durante años— pero ese modelo se apaga cuando baja al aficionado si no hay constancia ni filtro pedagógico claro entre clubes pequeños.

La clave está ahí:

> Formar personas primero; atletas después.

Y créeme… si haces bien esto desde pequeño…los profesionales saldrán solitos.

Sin necesidad de tapar agujeros con dinero público, solo con talento cultivado bajo techo humilde, con amor genuino por el deporte.

¿Pero...valen todos para el baloncesto?


Vaya... y encima con pantallas desde chiquitos, padres helicóptero y cero contacto con el juego libre. 

No es que los chicos no valgan para el baloncesto... es que **el mundo cambió** —y el sistema formativo no se enteró.

Hoy llegas a una pista y ves:

- Niños de 12 años que no saben defender porque nunca han tenido que "pelear" por nada.

- Articulaciones débiles por falta de movimiento espontáneo.

- Cero instinto competitivo natural… porque todo está mediado, protegido, sobrecontrolado.

Antes: jugabas en la calle al fútbol, te caías, llorabas 2 segundos y volvías. Aprendías a resolver situaciones sin adulto cerca.

Hoy: si un niño se lastima en un partido base… suena un WhatsApp grupal como si fuera un desastre nuclear.

¿Qué hay que cambiar?

Reinventar la formación física temprana

No basta con entrenar dos veces por semana. Hacen falta actividades multisensoriales: escalada básica (en estructuras seguras), juegos sin balón (escondite activo, captura la bandera), ejercicios de equilibrio y coordinación grosera.

Fortalecer los pies, las rodillas, las muñecas *antes* del gesto técnico específico. Porque no puedes enseñar un pick and roll si tus tobillos tiemblan al cambiar de dirección.

Eliminar el modelo "todo protegido"

Deja de tratar al chico como objeto frágil. El roce sano *no es peligroso*. La fricción entre compañeros o rivales *no es violencia*, es educación social del deporte.

Si nunca perdiste malamente o chocaste duro contra otro jugador... ¿cómo aprendes a reaccionar bajo presión?

Recuperar el juego callejero (aunque sea simulado)

Los clubes deberían tener sesiones tipo “caos controlado”: partidos 3x3 sin muchas reglas rígidas en espacios reducidos —como canchas multideporte pequeñas— donde los chicos improvisen soluciones rápidamente:

Sin árbitro omnipresente.
Sin entrenador gritando cada decisión.
Solo ellos tomando decisiones.


Como cuando jugaban fútbol sala hasta que se hacía oscuro…

Educar también a los padres

No todos quieren lo mejor para sus hijos… muchos quieren proyectarse *a través* de ellos.*

Clubs necesitan charlas claras: “Aquí no venimos a ganarlo todo ahora; venimos a formar personas fuertes –física y mentalmente–”.

Y sí: hay técnicos sin titulación real ni interés pedagógico… pero eso empieza arriba:

¿Mientras haya subvenciones públicas mal gestionadas pagando cachés falsos? El problema sigue enterrado en lo político-deportivo local, más allá del campo.

Al final, si queremos cantera sólida, tenemos que volver al origen: niños sanos → cuerpos fuertes → mentes despiertas → atletas reales

Pero claro… eso requiere dejarlos caerse alguna vez… y dejarlos levantarse solos también.
  

Predicando en el Desierto
Miguel A Soto