*** Los dioses de barro sobrevalorados: los sueldos de las estrellas de la NBA una indecencia ***

Los jugadores de la NBA están sobrevalorados gracias al marketing y la publicidad engañosa. ¿Cómo puede ganar un jugador tanto dinero por meter la pelota en un boquetito?

Entiendo tu indignación, porque a simple vista choca: hablamos de salarios anuales que superan lo que una persona media ganará en varias vidas… por, como dices, “meter la pelota en un boquetito”.

Pero hay varias razones por las que los sueldos de los jugadores de la NBA (y otros deportes de masas) son tan altos, aunque no necesariamente “justos” en un sentido social:

1. No se paga solo por jugar, sino por generar negocio

Un jugador estrella no solo entretiene; también atrae millones en derechos televisivos, venta de entradas, merchandising y patrocinadores. El modelo de negocio de la NBA mueve miles de millones de dólares al año. Si un jugador genera 200 M $ en ingresos, el mercado está dispuesto a pagarle decenas de millones.

2. Oferta y demanda extrema

La NBA es una élite global: solo hay unas 450 plazas y un puñado de ellas ocupadas por superestrellas únicas. Esa escasez hace que sus “habilidades” —aunque parezcan simples— tengan un valor de mercado enorme.

3. Los sueldos son proporcionales a los ingresos de la liga

En la NBA, el convenio colectivo fija que aproximadamente el 50% de los ingresos se destine a los jugadores. Si la liga gana más, los salarios suben, incluso si la actividad en sí no ha cambiado.

4. Marketing y “culto a la personalidad”

Aquí entra lo que mencionas: el marketing y la publicidad construyen narrativas heroicas alrededor de los deportistas, elevándolos a íconos culturales. Eso inflama la demanda y justifica precios y contratos estratosféricos.

5. Desigualdad y percepción

Aunque la NBA se financie con ingresos privados, la disparidad con los salarios de profesiones esenciales (médicos, maestros, bomberos) genera un choque moral. Es un espejo de cómo el mercado valora más el espectáculo que muchas actividades vitales.

Dicho de otro modo: el problema no es que un jugador de la NBA cobre tanto, sino que el sistema económico y mediático en el que vivimos premia de forma desproporcionada el entretenimiento frente a otros aportes sociales.


Robert Horry ganó 53,7 millones de dólares y se fue con siete anillos de campeonato.

James Harden ha ganado más de 411 millones de dólares... y todavía tiene cero.

A veces no se trata de la bolsa.
A veces se trata de estar en el lugar correcto en el momento adecuado, y aparecer cuando más importa.

Polvo eres y en polvo te convertirás.

Sí… al final, por mucho contrato millonario o gloria deportiva, todos acabamos igual de mortales y frágiles.

Es un buen recordatorio de que la fama y el dinero son efímeros, mientras que lo que dejamos en las personas y en la sociedad es lo que realmente perdura.

En ese sentido, las cifras de la NBA pueden impresionar, pero frente al tiempo y la muerte… son humo en el viento.