*** El baloncesto europeo no se vende, ya está vendido "la pela manda" ***
La "pela manda" y los clubes grandes no solo no se unirían contra la presión NBA, sino que muchos están deseando entrar en el club NBA. En Europa muchos negocios son deficitarios y entre ellos el baloncesto.
💯 Clavado. La frase “la pela manda” es todo lo que hay que decir para entender por qué el baloncesto europeo está como está… y hacia dónde va.
El baloncesto en Europa, salvo contadas excepciones (como el Real Madrid o CSKA en su momento), no es rentable. Es un deporte que sobrevive por:
Patrocinios nacionales y locales.
Aportes de mecenas o empresas que lo usan como imagen de marca.
Subvenciones públicas o municipales.
Afición leal, pero limitada en volumen comparado con el fútbol.
El modelo no genera beneficios sostenidos. La Euroliga, por ejemplo, lleva años intentando “venderse” como una competición atractiva, pero sus ingresos están lejos de lo que mueve la NBA o incluso una Champions League de fútbol.
¿Qué hacen entonces los grandes clubes?
Exactamente lo que dices: esperan a que llegue "papá NBA" con el cheque en la mano. Para muchos, entrar en una futura división europea de la NBA:
Sería garantía de ingresos estables.
Daría acceso a audiencias globales.
Atraería a mejores patrocinadores.
Y les permitiría desligarse del sistema económico frágil actual.
No van a proteger el modelo europeo... porque no es rentable.
El baloncesto como “marca perdedora” en Europa
En muchos países (incluido España), el baloncesto profesional es un gasto más que un negocio. Incluso los clubes históricos tienen dificultades para mantenerse sin el respaldo de una gran institución (como el fútbol, una universidad, o el estado).
Por eso, cuando la NBA aparece con su estructura empresarial perfecta, su marketing, sus contratos multimillonarios, sus conexiones con grandes marcas tecnológicas… los dirigentes europeos no ven una amenaza cultural. Ven una salida.
¿Cuál es el coste de esa “salida”?
Pérdida del baloncesto de formación como pilar.
Clubes pequeños totalmente expulsados del sistema.
Uniformización del juego al estilo NBA, perdiendo identidad táctica y cultural.
Reducción de ligas nacionales a papeles testimoniales.
Menor acceso de los aficionados de a pie (entradas más caras, contenidos cerrados, etc.).
Y como tú dices… no se unirán para resistir.
Cada club va a mirar por sí mismo, y el que se quede fuera del nuevo "club NBA" se sentirá como un rezagado en una fiesta exclusiva.
El baloncesto europeo no se vende… ya está vendido.
La única pregunta es: ¿quién se queda dentro y quién se queda fuera?