*** LOS COLEGIADOS CONVERTIDOS EN VERDUGOS: HASTA NORMAL EN LAS LIGAS DE AFICIONADOS ***

Recuerdo siendo niño cuando uno iba al colegio, si hacía algo "malo" que no le gustaba al profesor, éste te castigaba sin salir al recreo. 

Pues algo pasa en esto de los arbitrajes a niveles de aficionados e igualmente a niveles profesional en baloncesto, cuando los colegiados no son profesionales, tienen otros trabajos remunerados y por lo tanto, se encuentran a merced de sus jefes (federación o colegio de árbitros) están a los que se les diga, si obedecen ascienden en su escalafon o arbitran más partidos importantes, y si son "rebeldes" pueden ser castigados e incluso dejados sin apenas arbitral, para que se vayan por aburrimiento.

Así que, desde las altas esferas se les insinúa a que entrenador o equipo deben "castigar" en sus señalizaciones, comenzando con aquellos que protestan, no colaboran mucho económicamente, o bien critican a las federaciones y colegios de árbitros en los medios de difusión.

Esto a niveles de aficionados es cosa bien sabida y los clubes en gran número, tratan de contentar a los que les pueden echar alguna ayuda en su promoción o ascenso de categoría.

Esto en países como el nuestro, suele pasar también a nivel empresarial, pero indudablemente en el deporte donde todos hablan de "deportividad" habría que evitarlo, y una de las posibles soluciones sería que los colegiados de baloncesto, al igual que en el Fútbol profesional, fuesen profesionales con pago a la S.Social y defendidos por sindicatos y leyes judiciales.

No todos los colegiados FIBA que dirigen en la Euroliga son profesionales a tiempo completo. La Euroliga, aunque es la máxima competición de clubes en Europa, no tiene un sistema 100 % profesionalizado para los árbitros como en la NBA.

Que en la Euroliga los colegiados FIBA no sean todos profesionales, habla por si solo de las deficiencias en esta competición al más alto nivel.

La economía sumergida nos hunde a todos. 










Nota:

El recreo: un derecho de los niños

El artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala que: “Toda persona tiene derecho al descanso y vacaciones periódicas”

Esto incluye, por supuesto, a los niños, quienes también tienen derecho al descanso y a una limitación razonable de su tiempo de trabajo.