*** No existen jugadores malos, sino malos entrenadores ***
Si lo que nosotros buscamos es formar a los jugadores que tenemos en nuestro Club nos debe dar igual que sean buenos o malos. El entrenador – formador hará una labor impresionante con todos sabiendo lo que puede exigir a unos y a otros según su nivel de juego.
Posiblemente en el pueblo más perdido de la tierra se esté realizando una labor encomiable con los niños que entrenan y no se valore porque no gana ligas, porque no destacan pero la formación que están recibiendo los niños en este club es excelente.
Sin embargo, los clubes con más solera necesitan ganar (dicen ellos) porque piensan que el prestigio en el periodo formativo está allí, en las victorias. ¿Qué buscamos? ¿El prestigio personal y de la entidad o la mejora del jugador? Tu, como padre, ¿qué buscas? Que tu hijo aprenda o que simplemente gane partidos y reciba aplausos.
Sois muchos los entrenadores que tenéis las ideas muy claras al respecto y que realmente os dedicáis a enseñar este deporte con verdadera vocación. Vuestro sueño es conseguir que los jugadores aprendan todo lo que vosotros sois capaces de enseñarle. Preparáis las sesiones en base a una programación de calidad, utilizando una metodología adecuada a la edad y contrastada con otros compañeros que tienen los mismos objetivos que los vuestros.
Sois personas que utilizáis la motivación como herramienta de trabajo sabiendo que es la mejor fórmula para conseguir el máximo rendimiento de cada jugador. Sois entrenadores que os mostráis pacientes y optimistas cuando las cosas no salen del todo bien y que nunca os desanimáis porque sabéis lo mucho que se fijan en vosotros.
Por último, sois muchos los que trabajáis viendo en cada jugador no solo un baloncestista sino una persona a la que podéis ayudar muchísimo en su vida. Sois un ejemplo para ellos y procuráis transmitirles esos valores que le servirán para toda la vida.
No existen malos alumnos, existen malos profesores.
Ante esto, existen otros en cambio, que lo único que buscan es su lucimiento personal, ganar a toda costa para llenar su currículum, para ascender de estatus en el club. Son entrenadores que se muestran muy nerviosos en cada partido, que gritan mucho a los chicos, que los consideran simplemente piezas, instrumentos que les tienen que servir para ascender en su proyección deportiva.
Por ese motivo, si el niño “es malo” lo retiro del equipo y pongo a otro que lo busco de otro equipo hasta que no sirva y lo vuelva a sustituir por otro. Voy destruyendo equipos, jugadores…porque todo pasa por ganar este fin de semana, como sea.
Los entrenamientos no tienen ninguna programación coherente ya que lo único que buscan en prepararlos a corto plazo para ganar el domingo.
Sois muchos los entrenadores que tenéis las ideas muy claras al respecto y que realmente os dedicáis a enseñar este deporte con verdadera vocación. Vuestro sueño es conseguir que los jugadores aprendan todo lo que vosotros sois capaces de enseñarle. Preparáis las sesiones en base a una programación de calidad, utilizando una metodología adecuada a la edad y contrastada con otros compañeros que tienen los mismos objetivos que los vuestros.
Sois personas que utilizáis la motivación como herramienta de trabajo sabiendo que es la mejor fórmula para conseguir el máximo rendimiento de cada jugador. Sois entrenadores que os mostráis pacientes y optimistas cuando las cosas no salen del todo bien y que nunca os desanimáis porque sabéis lo mucho que se fijan en vosotros.
Por último, sois muchos los que trabajáis viendo en cada jugador no solo un baloncestista sino una persona a la que podéis ayudar muchísimo en su vida. Sois un ejemplo para ellos y procuráis transmitirles esos valores que le servirán para toda la vida.
No existen malos alumnos, existen malos profesores.
Ante esto, existen otros en cambio, que lo único que buscan es su lucimiento personal, ganar a toda costa para llenar su currículum, para ascender de estatus en el club. Son entrenadores que se muestran muy nerviosos en cada partido, que gritan mucho a los chicos, que los consideran simplemente piezas, instrumentos que les tienen que servir para ascender en su proyección deportiva.
Por ese motivo, si el niño “es malo” lo retiro del equipo y pongo a otro que lo busco de otro equipo hasta que no sirva y lo vuelva a sustituir por otro. Voy destruyendo equipos, jugadores…porque todo pasa por ganar este fin de semana, como sea.
Los entrenamientos no tienen ninguna programación coherente ya que lo único que buscan en prepararlos a corto plazo para ganar el domingo.
A veces, ni existe el programa, lo marca la situación del momento. Improvisamos y nos hacemos repetitivos, aburridos, violentos, antipáticos. No nos interesa en absoluto lo que puede aprender el jugador a largo plazo sino lo que puede realizar en la actualidad para ganar ya.
Son esos niños que juegan en los primeros equipos pero que se gastan rápido y no progresan. Niños de usar y tirar. Les falta algo de técnica, son muy violentos, aplican todas las trampas que les han enseñado sus entrenadores para ganar sin tener en cuenta lo importante que es la honestidad, el respeto y la deportividad. Pero eso sí, juegan en un “gran” equipo.
Y los padres de estos niños, deslumbrados por el brillo del escudo del equipo donde juega su hijo, giran la cabeza porque no quieren ver lo que realmente está ocurriendo.
Son esos niños que juegan en los primeros equipos pero que se gastan rápido y no progresan. Niños de usar y tirar. Les falta algo de técnica, son muy violentos, aplican todas las trampas que les han enseñado sus entrenadores para ganar sin tener en cuenta lo importante que es la honestidad, el respeto y la deportividad. Pero eso sí, juegan en un “gran” equipo.
Y los padres de estos niños, deslumbrados por el brillo del escudo del equipo donde juega su hijo, giran la cabeza porque no quieren ver lo que realmente está ocurriendo.
Lo permiten todo porque temen perder “la categoría” en la que está jugando su hijo. Son capaces de aguantar las injusticias que están cometiendo con su hijo porque no tienen el suficiente valor para cortar de forma radical. Y poco a poco su hijo se va quemando hasta que lo recoges en el cubo de la basura.