*** Izan Almansa, cannabis y la hipocresía en el deporte moderno ***

 

Hace unos días se hizo público que Izan Almansa, una de las mayores promesas del baloncesto español, dio positivo en cannabis durante su etapa en Australia. La noticia no tardó en viralizarse. Las reacciones no se hicieron esperar: titulares grandilocuentes, juicios morales apresurados y un tono de decepción que parecía reservado solo para casos de dopaje grave. 

Pero, ¿de verdad estamos ante un escándalo? ¿O solo frente a otro ejemplo de cómo el deporte institucional aún arrastra inercias del pasado?

La Federación Española de Baloncesto (FEB), como era previsible, se mostró alarmada. Se habló de responsabilidad, de imagen, de ejemplo para los jóvenes. Sin embargo, lo que muchos olvidan es que organismos internacionales como la FIBA —y, aún más relevante, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)— ya han empezado a cambiar su enfoque sobre el cannabis. 

No es una sustancia que mejore el rendimiento. De hecho, si se detecta fuera de competición y sin una intención dopante, cada vez más se considera irrelevante a nivel disciplinario.

El deporte, como reflejo de la sociedad, también debería evolucionar con ella. En países donde el cannabis está despenalizado o incluso legalizado, su consumo ocasional no se percibe como un acto inmoral ni como un riesgo grave para la salud pública. ¿Por qué entonces seguimos tratándolo como una transgresión imperdonable dentro del deporte?

Lo verdaderamente irónico es que otras sustancias legalmente aceptadas —como el alcohol—, con efectos mucho más perjudiciales tanto para la salud como para el comportamiento, siguen sin levantar la misma alarma. Nadie retira patrocinios ni exige comunicados oficiales por una noche de copas.

El caso de Almansa debería servir para abrir un debate más honesto. En lugar de señalar, sancionar o estigmatizar, tal vez sea hora de repensar qué significa realmente “cuidar al deportista”. 

¿Es proteger su imagen o entender su contexto? ¿Es castigar o acompañar? ¿Queremos formar campeones perfectos o personas conscientes?

El deporte necesita adaptarse a los tiempos. Lo contrario no es solo injusto: es hipócrita.


Predicando en el Desierto
Miguel A. Soto