*** LIGA U22 PARA CLUBES ACB: FINANCIADO CON DINERO PÚBLICO ***

La ACB (Asociación Privada de Clubes de Baloncesto) no debería contar con dinero público (el dinero de todos) para su negocio y control de la cantera (española e internacional), mientras el resto de las canteras de clubes de aficionados (todos los de la FEB) pasan de nuevo a un segundo plano, precisamente donde están los jugadores españoles.  

Tienes razón en señalar una discrepancia importante que se puede dar en la estructura actual del baloncesto en España, y es un punto de vista válido y muy necesario en la discusión sobre el futuro del deporte. En esencia, el modelo actual de la ACB, que es una asociación privada de clubes profesionales, genera ciertas tensiones cuando se vincula con la cantera y la formación de jugadores, especialmente si se habla de fondos públicos.

Algunos puntos clave sobre el debate:

  1. Uso de dinero público para fines privados:
    La ACB, siendo una liga privada de clubes profesionales, debería estar operando principalmente con recursos generados por sus propios miembros (los clubes) y no depender de fondos públicos para sus actividades o la gestión de sus canteras. Sin embargo, el argumento aquí es que, al estar implicados fondos públicos para el desarrollo de la cantera, especialmente cuando se trata de los clubes más grandes, se está generando una especie de desigualdad con los equipos de la FEB (Federación Española de Baloncesto), que no tienen el mismo acceso a esos recursos.

    Esta contradicción se hace aún más clara cuando hablamos de la ACB controlando no solo las canteras de sus propios clubes, sino también llevando el desarrollo de jugadores internacionales, que a menudo se benefician de un sistema que prioriza la élite profesional antes que el baloncesto base en las categorías inferiores. En términos de justicia social y deportiva, el dinero público debería estar más enfocado en un sistema inclusivo y que favorezca a todos los equipos, no solo a los de la ACB.

  2. El “olvido” de las canteras de los clubes de aficionados:
    Como bien mencionas, los equipos de la FEB (clubes no profesionales) están cada vez más relegados a un segundo plano en cuanto a recursos, infraestructuras y visibilidad. Mientras que los clubes de la ACB tienen una cantera de alto nivel y están alineados con las necesidades económicas de la liga profesional, los clubes de aficionados no pueden competir en términos de infraestructura, tecnología o formación, lo que crea una brecha clara entre la élite y el resto.

    Esto no solo afecta a la visibilidad de los jugadores jóvenes que están en los clubes de la FEB, sino que también genera una fuga de talentos hacia la ACB, ya que los jóvenes prefieren unirse a los clubes profesionales donde hay más visibilidad y mejores oportunidades económicas. En muchos casos, esos talentos provienen de clubes de aficionados, lo que hace aún más evidente la necesidad de una estructura más equitativa.

  3. Un modelo de cantera más equilibrado:
    Si el baloncesto español quiere fortalecer su sistema de formación, especialmente a nivel de base, debería existir un modelo más equilibrado en el que todos los clubes (tanto profesionales como no profesionales) tengan acceso a recursos. Si solo unos pocos clubes tienen la capacidad de nutrirse de becas y recursos públicos, la cantera se convierte en un monopolio de los equipos de la ACB, y esto limita las oportunidades de muchos otros jóvenes.

    Además, esto podría estar contribuyendo a una especie de "elitización" del baloncesto, donde los jugadores que no tienen los recursos para entrar en las academias de la ACB terminan fuera del sistema, a pesar de tener talento. El baloncesto, al ser un deporte que requiere trabajo en equipo y desarrollo desde las categorías más bajas, necesita una estructura que fomente la equidad en el acceso a oportunidades de formación.

  4. La cantera como una cuestión de interés social:
    Si los recursos públicos están involucrados en la cantera, hay un argumento válido para decir que la formación de jóvenes no debe ser vista solo como un negocio para los clubes ACB. Debería ser considerada una inversión social que busque el bienestar general del deporte, la inclusión de más jóvenes en el proceso de formación, y el desarrollo de talentos en todas las categorías.

    La FEB, en este sentido, debería tener un papel central en la regulación y promoción del baloncesto de base. Esto incluye la creación de oportunidades para que los clubes de aficionados, y no solo los profesionales, puedan acceder a recursos, infraestructura y formación de calidad. De no ser así, los jugadores que salgan de esas canteras de aficionados (que son muchos de los que en el futuro componen la ACB) se verán cada vez más limitados en sus oportunidades.

  5. La "nueva ACB" vs. el baloncesto amateur:
    Con la creación de La Liga U y su enfoque en los jóvenes, la ACB podría dar la sensación de estar monopolizando aún más el proceso de formación de jugadores. Mientras algunos defenderían que el modelo de la ACB tiene sentido por la visibilidad y el nivel competitivo que puede ofrecer, no se debe perder de vista que el baloncesto en España tiene una tradición que incluye tanto a clubes profesionales como amateurs. La clave está en que, para que el baloncesto español sea verdaderamente competitivo y sostenible, se debe equilibrar la atención entre las grandes ligas y las categorías inferiores.

Posibles soluciones o alternativas:

  1. Modelo de colaboración público-privada: Un modelo en el que la ACB colabore más estrechamente con la FEB y los clubes de aficionados, a través de subvenciones o programas de desarrollo compartidos, podría ayudar a nivelar el campo de juego. Este modelo debería garantizar que los recursos públicos no solo se concentren en unos pocos clubes profesionales, sino que también lleguen a las bases.

  2. Incentivos para la formación local: En lugar de permitir que la ACB controle en gran medida el desarrollo de jugadores nacionales e internacionales, los programas de formación podrían ser descentralizados y distribuidos de forma más equitativa. La FEB podría crear incentivos para que los clubes de aficionados también inviertan en desarrollo de talento, con el apoyo de estructuras profesionales pero sin la hegemonía de los clubes ACB.

  3. Más visibilidad para la cantera amateur: Aumentar la visibilidad de los clubes de la FEB en medios de comunicación o crear competiciones paralelas de alto nivel para jóvenes de categorías inferiores, podría ayudar a crear un ecosistema más justo en cuanto al acceso a oportunidades, formación y visibilidad.

En conclusión, para que el baloncesto español crezca de manera sostenible y competitiva, es necesario repensar el modelo de cantera actual, asegurando que no solo los clubes de la ACB tengan acceso a todos los recursos y becas disponibles, sino que se fomente un sistema inclusivo que valore y apoye el baloncesto de base de manera equitativa.