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Pasión por el basket.

 

Alejandro Fernández, un ejemplo para todos.

Hoy a su edad, todavía sigue activo jugando al baloncesto con "Los Madrugadores", formado con jugadores veteranos, entrenadores o amigos del baloncesto que, desde hace más de 50 años vienen jugando un partido a primera hora de las mañanas de los sábados en el Palacio de los Deportes Chapín, al principio lo hacían en el Club Nazaret y más tarde en el Pabellón Kiko Narváez.

Todo un ejemplo para los jóvenes baloncestistas, pues no solo por lo bien que se conserva físicamente a sus 72 años, sino por su amor a este deporte que le apasiona desde niño jugando ininterrumpidamente. 

Primero en sus comienzos en el Estudiante de Jerez, luego en Barcelona, donde estuvo enrolado en la Marina Española, y al final de nuevo en Jerez, en el conjunto del Mundo Nuevo-Domecq.


Aquí lo vemos agachado el segundo por la izda, equipo del Mundo Nuevo


Alejandro "el terror de los árbitros".

Sí, ciertamente, cuando juega tiene tanto amor propio y defiende tanto los colores de su equipo que, cuando pierde los nervios por alguna señalización arbitral, se va hacia los colegiados, yo lo he tenido que  sujetar varias veces, e incluso en sus últimos años federado, la FAB no quería darle licencia para jugar. 

Sin embargo, no solo es una persona educada, culta y poco violenta, incapaz de hacer daño a nadie, sino que es un buen compañero y amigo de sus amigos, si bien con el baloncesto y ante lo que el cree es una "injusticia" pierde el control y se comporta de esa manera, justificada o no, pero totalmente inadmisible. 

Alejandro siempre lo ha reconocido y se ha disculpado de inmediato con cualquier de los colegiados o jugadores con los que a lo mejor le ha ocurrido algo, ya que reconoce que la disciplina, el comportamiento y los buenos modales, priman sobre cualquier comportamiento antideportivo que hubiere en el transcurso de un partido.



A la izquierda sentado y una copa en la mano, con los Madrugadores 
 

Un ejemplo vivo para todos

Aparte de esta anécdota, y sin tratarse de un jugador de élite, no deja de ser un ejemplo vivo para todos, al mantenerse activo deportivamente a los 72 años, cuidándose al máximo y practicando un deporte al que siempre le ha llenado la vida de felicidad.

Todos los que tenemos la suerte de tenerlo a nuestro lado, le estamos muy agradecido por los ratos que siempre nos hace pasar con el baloncesto, su buena camaradería y su buen baloncesto como jugador, sin dudas será inolvidable para todos los que nos gusta y nos sentimos identificados con este deporte.

Ya le hicimos un homenaje, pero él no se retira del baloncesto.

Su afán cuando juega siempre ha sido "ganar, ganar y ganar", es lo que llamamos un "ganador nato", carácter ganador, personalidad fuerte, es lo que necesitan hoy algunos equipos Jerezanos que, pierden, pierden y pierden, y tan pancho.



 Miguel