Personalidad propia.

 

Me encantaba cuando algún técnico me decía que, mis equipos tenían una "personalidad propia", una forma de jugar diferente a los demás, por lo cual, afirmaban poder diferenciar los jugadores que habían estado entrenando conmigo a lo largo de algunos años, con respecto a los nuevos o a los fichajes.

Esto personalmente me llenaba de orgullo, pues lo más bonito que hay para un entrenador, es poder formar a un jugador de baloncesto, esto no tiene precio.

No es lo mismo comprar una radio o una TV nueva, que haberla construido uno mismo con sus propias manos, esta no lo cambiaría por ninguna otra.

Un entrenador para ello necesita "tiempo", tiene que escoger a los chavales desde pequeñitos e ir poco a poco formando su estilo de juego, su personalidad, su orgullo como jugador, y esto no se hace en una o dos temporadas.

Yo he tenido la suerte de haber sido presidente y entrenador del club al mismo tiempo, y ello me ha permitido tener en mis equipos a jugadores 4, 7 o 10 años seguidos, sentían los colores del equipo, sufrían cuando perdían y se alegraban cuando ganaban, formábamos una familia de buenos amigos.

“Un abuelo es el mejor tesoro. Aprende a cuidar de tus mayores, tienen mucho que enseñarte”.