Apostar a ser y no a parecer.

  

Un ejemplo de superación.

Cuando se aprenden bien los fundamentos individuales, lo importante es jugar mucho, practicar, practicar y practicar.

Hoy, al convertirse el baloncesto en un correcalles de buenos atletas, tipo NBA, se precisa igualmente contar además con un buen físico, altura, compañeros de nivel, y tener un buen "padrino", el cual pueda ayudarte en tu futuro.

El interés del jugador de mantenerse dentro de lo normal, lo lleva a la mediocridad "ser como todos", no alejarnos mucho del rebaño, ni diferenciarse de nada.

Así, podemos ver a ciertos jugadores de cantera destacando sobre los demás que se pierden con el tiempo, son incapaces de apartarse del rebaño, se mantienen jugando con jugadores mediocres, o de bajo nivel que les perjudican, cuando deberían dejar de jugar en categorías inferiores, y comenzar a competir con aquellos de mayor nivel técnico, físico y agresividad.

 

En nuestro entorno tenemos varios casos, ya que a los clubes les interesa explotar a estos en las canteras para ganar partidos, títulos, sin importarles mucho el futuro del jugador, mientras que estos desean ser mediocres, incapaces de forjarse grandes ideales.

La realidad de la vida no es producir y consumir, convertirse en pieza de mercado (gozar de un salario y tener dinero para comprar), no nacemos para una vida mediocre, sino para una vida de ilusión.