Moverse en bicis.

 

 

La forma de configurar el espacio urbano tiene un efecto inmediato sobre nuestra calidad de vida. En España se producen más de 30.000 muertes prematuras asociadas a la mala calidad del aire. Saquemos las bicis a nuestras calles.

Si echamos la vista atrás y ver cómo nos movíamos hace más de 60 años, cuando los y las viandantes y la bici ocupaban un espacio prioritario en nuestras ciudades que, a fin de cuentas, es nuestro entorno social, en el que construimos vidas, nos relacionamos y asociamos.

La bicicleta no es únicamente un medio de transporte más, su utilización produce valor para la sociedad en términos, no solo de movilidad, sino también de habitabilidad, salud, medio ambiente, equidad, sociabilidad, etc.

 

Y no solo produce beneficios para aquellos que se desplazan en bicicleta, sino también para el resto de la ciudadanía, al liberar espacio y reducir la contaminación atmosférica y la emisión de ruidos.

Carril bici de la calle de Manso (Barcelona).

La bicicleta es un deporte completo como pocos lo sabemos todos los que la hemos usado con asiduidad. Pero no todo el mundo sabe que el ciclismo puede ser, además, el complemento perfecto para los deportistas de élite, independientemente de cuál sea su disciplina.

En el caso del baloncesto, deporte que requiere potencia y velocidad, la bicicleta es una herramienta excelente para mejorar la potencia de las piernas. Hablamos de una actividad muy dinámica y vertical en la que es básico tener atletas que puedan aguantar al sprint con saltos que requieren mucho esfuerzo y durante muchos minutos.

El poder combinar esta bici con entrenamientos de saltos con pliometría dará como resultado que los jugadores mejoren su salto, potencia y velocidad máxima.

Que las ciudades se muevan pedaleando.