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EUROLIGA: SIN LUGAR PARA LOS DÉBILES.

 

La idiosincrasia de la competición, la capacidad física y la dureza de la misma, el conocimiento del juego para los que vienen directamente a su primera experiencia overseas, la necesidad de inmediatez de resultados de los equipos que condiciona las rotaciones por parte de los entrenadores pensando más en el corto que en el medio o largo plazo… Muchos motivos a enumerar.

Seguro que muchos recuerdan el descollante rendimiento de Kyle Guy en el tramo final de la Liga Endesa que le puso en boca de todos con dos partidos por encima de la treintena de puntos y otros dos de la veintena frente al Baskonia, al que eliminaba en cuartos, y el Real Madrid, en pleno playoff. 19,3 puntos por partido en los últimos nueve partidos de la temporada, los de la verdad, con 1,16 puntos por posesión y 3,8 triples con un 43,6 % de acierto. Casi nada.


Fichado para el faraónico proyecto del Panathinaikos, y con encuentros y desencuentros con Ataman, ha sido de alternar luces, con dos partidos de 13 puntos, con sombras, como tres roscos en tres partidos o no jugar en la jornada séptima o novena o 1:21 en la octava frente al Zalgiris.

Kassius Robertson acabó como máximo anotador de la pasada Liga Endesa en las filas del Monbus Obradoiro con 17,4 puntos por partido. Su estreno en la Euroliga con el Valencia Basket está muy lejos de estos números: 3,2 puntos con un 1/15 (6,7 %) en T2, 7/27 (25,9 %) en T3 y 3/7 (42,9 %) en TL en 20 minutos y 31 segundos por partido.




Ni el propio Kendrick Nunn, gran anotador NBA en las filas de los Heat 2019-20 y 2020-21, se ha salvado de sufrir en sus carnes el coste de adaptación a la Euroliga: hasta su tercer partido no ha conseguido llegar a los dobles dígitos en la anotación y acumula aún un 0/10 en triples.

"Incluso si tienes a Stephen Curry o Lebron James, no es fácil [adaptarse] en una semana o 10 días. [Es difícil] para el jugador y también para nosotros encajar en el sistema"Ergin Ataman

Tras el estreno de Nunn, Ataman reconocía que "incluso si tienes a Stephen Curry o Lebron James, no es fácil [adaptarse] en una semana o 10 días. [Es difícil] para el jugador y también para nosotros encajar en el sistema. Es un gran jugador con mucha calidad, pero necesita tiempo para involucrarse en el equipo, para entender a sus compañeros. Una vez que entienda el juego, nos dará mucho".

Y es que el mayor ejemplo lo tienen en su propia plantilla: Jerian Grant. De pasar desapercibido en su primera experiencia en Euroliga con el Milán en 2021-22, a dar un paso atrás para coger impulso siendo el líder del Turk Telekom con el que se proclamaba subcampeón de la Eurocup y era escogido MVP. Ahora ya es una realidad de la competición en su segunda etapa en la Euroliga.

El paso de PJ Dozier por una franquicia de mucha cultura como los Nuggets no ha evitado que tenga que pagar el peaje del estreno en la Euroliga cubriendo ese hueco de base alto en el Partizan. Y es que la sombra de un Dante Exum, retornado a la NBA tras destacar, es alargada.

Lo que vivimos el pasado curso de los Zipi y Zape del Baskonia, Markus Howard y Darius Thompson, es la excepción que confirma la regla. Dos debutantes promediando 14,2 puntos y 12,6 respectivamente además del liderazgo en asistencias de la competición del último con 6,7.

El camino más habitual

Porque lo normal es lo que han vivido en sus carnes Carsen Edwards, entrando y saliendo de la rotación del Fenerbahçe hasta encontrar su hueco en el Bayern; o Keenan Evans, que tras pasar por el Maccabi y sufrir una lesión grave ahora lidera el Zalgiris y mete canastas ganadoras como la última jornada precisamente frente a los de Múnich; o la evolución del Wade Baldwin del Olympiacos, recién llegado de la G League, a su salto al Bayern para después pasar por Baskonia y desembarcar en Maccabi.

Y luego hay una segunda cuestión. Esto no es solo cómo se empieza. También cómo acaba. El muro del rookie está ahí. En una competición tan exigente es difícil mantener el mismo nivel toda una temporada. Así, por ejemplo, el propio Howard, en los nueve últimos partidos de Euroliga de la 2022-23, cuando el Baskonia se jugaba su clasificación para el playoff, bajó su aportación a 10,4 puntos por partido "engordados" por los 29 de la última jornada ante Olympiacos.



Entre los 25 máximos anotadores de lo que llevamos de competición sólo hay un rookie, Sterling Brown, del ALBA de Berlín, que promedia 12,4 puntos ocupando el puesto 22, lanzándose eso sí, 11 tiros por partido. El siguiente, un Mike Scott con dilatada trayectoria NBA, en el puesto 36, que juega en el ASVEL. Y ambos equipos son, último y penúltimo respectivamente. Ni uno más supera la decena de anotación, siendo Jabari Parker, el ala-pívot del Barça, el siguiente en el puesto 65. En valoración, el ex del Joventut Derek Willis, el mejor clasificado, con 10,9 créditos… ¡en el puesto 57!

E incluso todo es más complicado para los hombres altos cuyo proceso de maduración ya de por sí es encima más lento. ¿Cuánto le ha costado ser a Lessort el interior dominador que se le presumía?

Un número 9 del Draft como Kaminsky, con ocho años de experiencia NBA, 413 partidos a su espalda entre Hornets, Suns, Hawks y Rockets y 22.875.000 dólares ganados tardó más de un mes en superar los dobles dígitos en anotación. "Me gusta más el juego físico de Europa que el de la NBA. No estoy realmente sorprendido, pero me gusta porque puedo salirme con la mía mucho más. En la NBA, hay mucha delicadeza atlética, no puedes salirte con la tuya con tanto contacto. Aquí puedes golpear a la gente y empujarla, eso me gusta", decía hace pocos días.



"Me gusta más el juego físico de Europa que el de la NBA. No estoy realmente sorprendido, pero me gusta porque puedo salirme con la mía mucho más"

O a Olek Balcerowski, nombrado mejor joven de la Eurocup por dos veces con el Granca y campeón de la competición el pasado curso, le costó llegar a las dobles figuras en puntos seis jornadas y tener cierta continuidad de minutos en la pista, estando en tres partidos entorno a los cinco minutos y otros dos no superando los diez promediando 5,1 puntos y 1,8 rebotes gracias a tres partidos de 10 o más puntos en las cuatro últimas jornadas. O a Tyrique Jones, MVP de la Liga Turca y miembro del Segundo Mejor Quinteto de la Eurocup, cuyo rendimiento está teniendo altibajos y no está manteniendo la regularidad. O el prometedor Kamagate, que apenas entra en la rotación del Milán (sólo ha jugado dos partidos y un total de seis minutos).

Ese know-how, esa experiencia, se paga. Todos los clubes quieren a los mismos jugadores, que son un bien escaso. Inflación en los precios de los salarios de los jugadores con pedigrí en la competición. Y claro, la disparidad en los presupuestos de las diferentes escuadras hace que puedas llegar. Y si no, que tengas que apostar.


Marco Belinelli juega en la Virtus
 
La Euroliga si es País para "Viejos". Que se lo digan a Bryant Dunston y su segunda juventud en la Virtus Segafredo Bologna; a los triples de Belinelli en el equipo de la Vu Nere; a las dosis de calidad de Teodosic en Estrella Roja ya sea en el pase o en el tiro, al Llull de la canasta ganadora de la pasada Final Four o a las diabluras de De Colo con el balón en las manos.