JUGADORES JÓVENES CON TALENTO QUE SE PIERDEN.
A veces, un jugador con talento no es aquél que llega a la ACB por su altura, agresividad o enchufe, sino aquel que jugar a este deporte le resulta fácil, capaz de ver las jugadas antes de producirse, con algún don especial para el bote, pase o lanzar a canasta con mayor calidad y precisión del resto de sus compañeros, se le puede ver desde infantiles si somos capaces de observarlos cuando juegan, tienen algo especial diferente a los demás compañeros de sus equipos.
Otros bases que se formaron en la cantera de Caja Jerez y que destacaron igualmente fueron, Victor Ruiz (1,78) llegó a destacar en EBA con el Flor Cortada de Chipiona, se retiró a los 19 años por el trabajo, Fernando Pino (1,90), escolta, se retiró a los 18 años por los estudios, o Ricky Pérez (1,84), llegó hasta jugar un ascenso a LEB Oro con su equipo de LEB Plata donde era titular.
Ninguno era alto, más bien de los bajitos de sus equipos, pero todos con corazón y amor propio, aparte de otras cualidades técnicas que los demás no tenían, sobre todo la "cabeza" para organizar el juego, hacer de segundo entrenador en pista o garantizar puntos y asistencias en sus equipos.
Hoy también existen, pero a veces no hay quienes se fijen en ellos, pasan desapercibidos en los clubes amateur, más aún cuando el baloncesto actual es más bien físico, fuerza y velocidad, por lo que cada día se ven menos jugadores con clase y talento en los equipos españoles de aficionados.
Un jugador con talento debería contemplar:
1.- Disposición para el rendimiento.2.- Aceptación del riesgo y los retos en condiciones adversas.
3.- Perseverancia y continuidad en las acciones.
4.- Reacciones adecuadas a las situaciones cambiantes.
5.- Facilidad y fluidez de movimientos.
6.- Capacidad de anticipación a las situaciones complejas que se ponen de manifiesto del juego.
7.- Auto conocimiento profundo de sus puntos fuertes y débiles.