EBA GRUPO D: JUGADORES U22 PROMESAS.

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*** FALTAN CONTROLES, SERIEDAD Y SENSATEZ EN NUESTRO BALONCESTO ***

  
Sin dudas, jugar en la liga profesional ACB o en las categorías de aficionados, LEB Oro/Plata, conlleva cierta seriedad en los clubes, primero por la cantidad de dinero que se mueve, y segundo, por la atención de los medios, publicidad, apoyo institucional, aficionados, ascensos y descensos de categorías que, al igual a otros deportes, requiere mucho trabajo, trabajadores asalariados, entrenadores y jugadores cobrando, etc., aunque la mayoría se mueva en lo que llamamos "economía sumergida".

Con la ley en mano, la LEB Oro y Plata no son ligas profesionales aunque haya jugadores que cobren como algún ACB no muy cotizado.


UCAM MURCIA de los que tienen más extranjeros en su plantilla de ACB.

En la liga Endesa solo el 27,2% son jugadores nacionales y el 50% en LEB Oro, sobre el 42% en LEB Plata, todos los demás son extracomunitarios cobrando sueldo, con alojamiento y manutención gratis, mientras tanto, el indice de paro juvenil en España (menores de 25 años) alcanza oficialmente el 28,6% en 2023, el más alto entre los 27 países de la CEE.  

Una ACB sin estrellas, con jóvenes a la fuga y con el 70% de los jugadores extranjeros.

"Es una pena que en la liga 'española' haya tan pocos españoles. Esto es un negocio y todos los clubes intentan buscar a los mejores para ganar, pero se debería mirar más al mercado español. Creo que hay mucho valor y no se aprecia", Chumi Ortega.

Estamos de acuerdo que la Liga ACB es una empresa privada y, como tal, nos guste más o menos, se entiende que lo normal es que se ciñan a su propia ‘supervivencia’, más allá de poner o no en duda sus estrategias. Pero el resto de las competiciones son de la Federación Española de Baloncesto y la actual estructuración de las competiciones no es la propicia.

Denunció Sergio Scariolo que de los 12 de la selección que disputaron el reciente Mundial, sólo Joel Parra era titular en su equipo, el Joventut (este año es uno de los fichajes estrella del Barça de Roger Grimau). Antes, el seleccionador de la actual campeona de Europa (y número dos del ranking FIBA) había mostrado públicamente su preocupación porque «España sea el país del mundo en cuya Liga hay menos jugadores nacionales. Eso dificulta mucho el camino».

¿Por qué no hay vida más allá de la categoría júnior, la cual acaba a la tierna edad de 18 años? ¿Por qué no se alarga como antaño o por qué no se crea de nuevo una competición sub-20 o sub-23? Y... ¿sería pedir mucho que se busque una vinculación con las universidades públicas que permitan a nuestras y nuestros jóvenes conjugar formación deportiva con la académica? 

El resto de las categorías de aficionados/amateur/canteras o como les quieran llamar, carecen de control por parte de los organismos oficiales, seriedad en las competiciones, atención de los medios de difusión, faltan controles como en otras muchas esferas en este país, seguimos funcionando en muchos pueblos y ciudades como países "tercermundistas".

Esto es los comienzos de este deporte era lo habitual, hasta cierto punto lógico y admisible, pues se precisaba del esfuerzo y el trabajo gratis de muchos de sus componentes, incluida las federaciones, con el fin de promocional el baloncesto, dado los pocos recursos con los que se contaban en aquellos tiempos dentro de la "España negra de Franco", donde el deporte estaba, incluso, hasta mal visto.

ASÍ COMENZABA LA SELECCIÓN NACIONAL DE BALONCESTO.

 

Antes de la Guerra Civil España fue subcampeona de Europa, sí -en Letonia, el país vencedor, han hecho hasta películas de ello- pero como en tantas cosas, tras la misma se rompió la continuidad histórica. Desde 1939, España jugó seis partidos en diez años. La II Guerra Mundial primero, el bloqueo internacional después, y la falta de fondos siempre, hacían difícil que el baloncesto nacional pudiera calibrarse internacionalmente y por tanto ganar calidad.

La primera participación mundialista española, en Argentina 1950.

La seleccion española de baloncesto que jugó ante Francia en 1949

Pero al final las cosas comenzaron a moverse un poco. Dentro del modelo franquista de reparto de cargos entre las 'familias' del régimen, a la Falange le había correspondido la organización deportiva, pero muchos resortes se habían puesto en manos de los militares. El general Querejeta fue el presidente de la Federación Española de Baloncesto, este nombró a Anselmo López y Raimundo Saporta que a los 22 años (1948) ya era vicepresidente.