CUANDO EL BALONCESTO ES UN NEGOCIO.

 

Si echamos un vistazo al baloncesto de aficionados, nos damos cuenta que hoy este se ha convertido en un negocio para las federaciones, clubes, agentes y alguna que otra escuela de baloncesto en este país, solo hay que ver la publicidad, el interés federativo y de los clubes por atraer a las "masas" de chavales con continuos campeonatos, 3x3 "ahora esta de moda", selecciones de chavales en todas las categorías de cantera, etc. etc., pues hoy los padres no tienen reparo alguno a la hora de pagar cuotas o comprar zapatillas y camisetas para que los pequeños  jueguen a su deporte favorito en los mejores polideportivos.

Al parecer, el nivel o calidad en la enseñanza es lo de menos, se soluciona fácilmente con unas "fotitos" en las redes sociales, o ganando algún campeonato, sin preocuparse mucho por el nivel técnico o de calidad de las competiciones, pues el futuro de los clubes no está en las canteras de jugadores, sino en el presupuesto que se pueda conseguir para el fichaje de extranjeros/comunitarios a nivel senior, como si se tratarán de clubes profesionales.

Mientras tanto, a nivel profesional (ACB), el 71% de los jugadores participantes son extranjeros y comunitarios, así en las ligas de aficionados como EBA, LEB Oro/Plata, cada temporada hay más jugadores fichados de fuera del país con "sueldos" de miseria, y si nuestras selecciones femeninas o masculinas absolutas no dan la talla, entonces las reforzamos igualmente con jugadores/as extranjeros, como la selección nacional masculina con el base del Macabbi de Tel Aviv, Lorenzo Brown, en los pasados campeonatos de Europa.

Lorenzo Brown, nacionalizado hace un año y pieza clave en la consecución de la medalla de oro en el último Eurobasket 2022, ha sembrado dudas sobre su regreso a la selección española este verano. “No estoy seguro si jugaré la Copa del Mundo con España”, confesó Brown minutos después de proclamarse campeón de la liga de Israel con el Maccabi Tel Aviv.