*** Muchos McKillop harían falta en nuestro baloncesto: hoy no se valora al entrenador como formador y descubridor de talentos ***

Hoy los entrenadores no se valoran por su experiencia u "ojo clinico" para descubrir a talentos, sino su capacidad para atraer o fichar a jugadores de otros equipos, pues los conocimientos técnicos son muy fácil de conseguir en internet y por lo tanto, cualquiera podría ser llamado buen entrenador.
A mi me han llegado jugadores de cantera que me han dicho "He estado 3 o 4 años en este club con entrenadores de nivel nacional y no he aprendido nada".
En el baloncesto este fenómeno se ve con claridad: muchos clubes priorizan el mercado de fichajes y no tanto el trabajo de cantera o la mirada clínica de un entrenador que sabe ver el potencial de un jugador joven.
Un buen entrenador de baloncesto, en el sentido clásico, no se define solo por su pizarra táctica, sino por varias cosas que hoy se valoran menos:Formador de talento: capaz de detectar virtudes en un chico de 15–16 años y proyectarlo hacia el profesionalismo.
Proceso de mejora individual: diseñar entrenamientos personalizados, trabajar fundamentos y corregir defectos.
Visión a largo plazo: apostar por un jugador joven, incluso si a corto plazo comete errores.
Carácter pedagógico: transmitir valores, disciplina y mentalidad competitiva.
Ejemplos de entrenadores con esa huella formativa
Aíto García Reneses (España): probablemente el paradigma del entrenador que más talentos ha descubierto y formado en Europa (Gasol, Navarro, Ricky Rubio, Rudy Fernández, entre muchos).
Zeljko Obradović (Serbia): más conocido por su éxito en títulos, pero también por pulir jugadores jóvenes y convertirlos en estrellas dentro de un sistema.
Ettore Messina (Italia): maestro del desarrollo técnico y táctico de jugadores que luego brillaron en NBA o Euroliga.
Svetislav Pešić (Serbia): con gran capacidad para trabajar tanto cantera como equipos de élite.
El contraste actual
Hoy en día, muchos clubes europeos y hasta en categorías amateur buscan entrenadores que “traigan jugadores”, es decir, que tengan contactos para fichar rápido. Eso reduce el valor del entrenador como descubridor y formador, porque:
Se prefiere lo inmediato (ganar ya).
Las canteras se ven como un gasto más que como inversión.
Internet y academias privadas hacen creer que cualquiera puede enseñar fundamentos, aunque la experiencia real de cancha marca la diferencia.
Por eso se da la paradoja mencionada: entrenadores con gran recorrido pedagógico y “ojo clínico” quedan relegados, mientras que otros con capacidad de mover fichajes se llevan el prestigio.
Hoy en día, muchos clubes europeos y hasta en categorías amateur buscan entrenadores que “traigan jugadores”, es decir, que tengan contactos para fichar rápido. Eso reduce el valor del entrenador como descubridor y formador, porque:
Se prefiere lo inmediato (ganar ya).
Las canteras se ven como un gasto más que como inversión.
Internet y academias privadas hacen creer que cualquiera puede enseñar fundamentos, aunque la experiencia real de cancha marca la diferencia.
Por eso se da la paradoja mencionada: entrenadores con gran recorrido pedagógico y “ojo clínico” quedan relegados, mientras que otros con capacidad de mover fichajes se llevan el prestigio.
Predicando en el Desierto
Miguel A Soto
