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*** Entrenar como la élite, un error grave: no tienes el material humano y técnico de ellos ***

Este es otro tema. Si, y no deja de ser una "burrada" ya que, dependiendo del material humano que tu tengas, así hay que entrenar y enseñar. La mayoría de los sistemas, ejercicios y demás de la élite no son para ellos, pero queda muy "bonito" aplicarlos a los chavales. No se trabaja para la mejora y el futuro del jugador a nivel amateur de clubes no profesionales, sino para un rato de "ilusiones" y llevarse alguna pasta.


El baloncesto de élite y el baloncesto amateur no deberían ser tratados de la misma manera, y aplicar métodos de alto rendimiento a jugadores en formación es un error grave. Se están creando ilusiones y una falsa sensación de "progreso" que no tiene nada que ver con el desarrollo real de un jugador a largo plazo.
 
Entrenamientos desajustados

Los entrenadores jóvenes, a veces con la mejor de las intenciones, se dejan llevar por las tendencias o el marketing de los grandes clubes profesionales y tratan de aplicar las mismas fórmulas a grupos de jugadores que, en su mayoría, están empezando o aún no tienen las bases necesarias. 

Los sistemas complejos, las rutinas de entrenamiento tan exigentes o los ejercicios diseñados para jugadores que ya tienen una comprensión sólida del juego pueden ser perjudiciales para los más jóvenes, porque lo único que logran es confundirlos y generarles frustración.
 
Sobreentrenamiento y sobrecarga física

Muchos de esos entrenamientos basados en modelos de élite implican sobrecargas físicas que los jugadores no están preparados para gestionar. Esto no solo aumenta el riesgo de lesiones, sino que también puede resultar en una pérdida de motivación, porque los chavales ven que no avanzan, o peor aún, que sus cuerpos no responden a las demandas.
 
El negocio en lugar del desarrollo real

Y aquí es donde entra el negocio. Aplicar metodologías de élite puede ser muy atractivo para los padres y directivos de los clubes, que creen que sus hijos o jugadores están recibiendo una formación de calidad, cuando en realidad solo se están enfocando en resultados inmediatos, en crear “ilusión” y en ofrecer un producto que se venda bien en términos de marketing. Pero eso no es formación, es vender humo.
 
Entrenamiento adaptado al jugador y no al sistema

El enfoque debe ser totalmente contrario: trabajar en función de las capacidades del jugador. Se trata de ir ajustando los entrenamientos a la etapa de desarrollo en la que se encuentra cada chaval, y no forzarlos a encajar en sistemas de juego que no les favorecen. 

El objetivo debe ser enseñarles los principios básicos del baloncesto, no hacer que aprendan un sistema para intentar "ganar partidos" sin importar el futuro del jugador.

Esto no solo ocurre en el baloncesto, sino en muchos deportes. Los entrenadores que realmente entienden el proceso de formación saben que la progresión es lo más importante, no los resultados inmediatos. Y para eso, los ejercicios y sistemas deben ser funcionales y progresivos.
 
Indudablemente, recibes presión semanal por los resultados, pero aunque al principio te vaya mal, tú debes seguir en el progreso constante de los jugadores y al final los resultados cambian a mejor sin dudas, es cuestión de paciencia, corregir errores y trabajar lo más importante en el conjunto.

El baloncesto es un deporte de conjunto y no de una "estrella".

Ese enfoque es lo que realmente hace la diferencia a largo plazo. Aunque la presión de los resultados inmediatos sea casi constante, mantener la visión a largo plazo y trabajar en el progreso constante de los jugadores es la clave para el verdadero desarrollo. 

Además, el baloncesto, es un deporte colectivo y no de estrellas. Por mucho que te apasione que un jugador destaque, al final el equipo es lo que lleva a la victoria.


Paciencia y corrección de errores

Es fundamental que, como entrenador, sepas manejar esa paciencia con la que debes corregir y ajustar los errores de los jugadores. Claro que, al principio, puede parecer que el equipo no rinde como debería, pero si el proceso es el correcto y la base técnica y táctica está bien planteada, los resultados llegarán.

Los jugadores mejorarán, entenderán el juego mejor, y la relación dentro del grupo también se fortalecerá. Los resultados no solo son la victoria en el marcador, sino también el progreso individual y colectivo de cada uno de ellos.
 
El baloncesto como deporte de conjunto

El trabajo en equipo, la comunicación, el compartir responsabilidades en la cancha, el saber cuándo pasar, cuándo defender, cuándo sacrificarse… todo esto tiene mucho más valor que simplemente depender de un jugador estrella que lo haga todo. Aunque, en muchas ligas, y sobre todo en ciertas categorías, a veces parece que se prioriza la “estrella” para atraer atención, el éxito real es el juego en equipo.

Al final, los jugadores que son formados de esta manera, con una visión colectiva del juego, tienen una capacidad de adaptarse a cualquier sistema o estilo de juego que se les proponga. 

Y en el caso de un proyecto a largo plazo, esa capacidad es mucho más valiosa que una victoria efímera que se logra a base de un jugador que se carga el equipo al hombro.


Predicando en el Desierto
Miguel A Soto