*** Mucho más que baloncesto: historias de superación desde el Juventud-Jerez ***
En la NBA hay muchas historias similares. Y también las hay —aunque menos conocidas— en nuestro baloncesto local, en esos rincones donde el deporte no daba fama ni dinero, pero sí ofrecía algo mucho más valioso: una oportunidad.

En los años 70/80, muchas familias humildes en nuestro país sacaban adelante a 6 o 7 hijos en condiciones muy difíciles. No era sencillo. Aún se arrastraban las consecuencias sociales y económicas de la posguerra del 36, una época marcada por el hambre, la falta de recursos, las epidemias y el olvido institucional. Aun así, muchos jóvenes se esforzaban por estudiar, por trabajar, por salir adelante como podían. Y algunos, además, encontraban refugio y motivación en el deporte.
En nuestro querido Juventud-Jerez, convivían chavales de todas las clases sociales. Nadie pagaba cuotas por jugar. El club estaba abierto a todos, sin distinciones. Muchos venían de colegios públicos, de barrios obreros, incluso de orfanatos.
Lo que más sorprendía de ellos no era su talento técnico —aunque también lo había—, sino sus ganas de aprender, su capacidad de sacrificio, su coraje y, sobre todo, la amistad sincera que cultivaban dentro del equipo.
Pocos de ellos llegaron a ligas profesionales; alguno jugó en EBA o Nacional. Pero muchos sacaron adelante sus estudios, se formaron, trabajaron duro y hoy tienen una vida estable, con familias propias y una carrera profesional de la que sentirse orgullosos. Nunca olvidaron el baloncesto, ese deporte que les enseñó a luchar, a respetar, a confiar y a compartir.
Estas historias no salen en los medios, pero son igual de valiosas que las de cualquier estrella. Son historias reales, de superación cotidiana, de chavales que salieron adelante contra todo pronóstico. Y el baloncesto —como en el caso de Jimmy Butler— jugó un papel clave.
Porque cuando el deporte se lleva bien desde pequeños, especialmente con los que menos tienen, no solo forma jugadores: forma personas.

Hoy, muchos chavales africanos y de otros continentes, sufren las consecuencia de las guerras, las enfermedades y la explotación en el trabajo. Si bien, su espíritu de supervivencia los hace más fuertes y con más ganas de vivir la vida.
Miguel A Soto