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*** ¿Explotación de jugadores en el baloncesto amateur español?: economía sumergida ***

 

El problema está en que un club profesional (ACB) tiene la obligación de pagar el sueldo mínimo interprofesional a sus jugadores y, el resto, a ser  amateur "sin ánimo de lucro" paga menos a sus jugadores y, por lo tanto, no paga impuesto alguno. 

Sin embargo se les permite por parte de las autoridades el fichaje de extranjeros, con sueldos y sin declarar.  

El panorama que se describes refleja una situación de corrupción y economía sumergida que mina la integridad del sistema deportivo y laboral. 

Lo que se estás señalando es una forma de elusión fiscal y fraude laboral sistemático que beneficia a aquellos clubes que operan de manera "opaca", a costa de los que cumplen con la normativa y a expensas de los propios jugadores, que están siendo privados de sus derechos laborales básicos.

El hecho de que los clubes sin ánimo de lucro en categorías inferiores puedan operar de esta forma, contratando jugadores extranjeros (y locales) a salarios inferiores al mínimo establecido y sin declarar dichos sueldos, crea un entorno de desigualdad y competencia desleal

Los clubes profesionales, como los de la ACB, están sujetos a una regulación estricta, que incluye pagar el salario mínimo interprofesional (SMI) a los jugadores, y cumplen con una serie de obligaciones fiscales y laborales. Sin embargo, si esos otros clubes pueden evadir estas normas sin consecuencias, el sistema entero se ve distorsionado.

Algunas claves:
  1. Elusión fiscal y fraude laboral:
    Si un club paga sueldos no declarados, no cotiza a la Seguridad Social y no paga impuestos por esos pagos, está cometiendo una infracción grave. No solo afecta la competencia de otros clubes que sí cumplen con la ley, sino que también coloca a los jugadores en una situación vulnerable, sin derechos laborales, sin seguro médico, ni pensión futura.

  2. Corrupción:
    El sistema de corrupción es el que se da cuando hay un abuso de poder o falta de control por parte de las autoridades competentes. En este caso, la corrupción administrativa sería la que permite que estos clubes operen al margen de la ley, no solo por eludir impuestos, sino por la falta de una fiscalización efectiva por parte de los organismos que deberían garantizar el cumplimiento de la normativa. Al final, es una economía sumergida que beneficia a unos pocos, mientras que los demás juegan según las reglas.

  3. Fichajes de jugadores extranjeros:
    El fichaje de jugadores extranjeros sin las debidas formalidades legales agrava aún más la situación. Estos jugadores, que deberían tener un contrato formal, estar asegurados y contar con todas las prestaciones laborales, muchas veces se encuentran trabajando en condiciones precarias, sin una protección adecuada. Esto no solo afecta su bienestar, sino que también puede generar una distorsión en la competencia, ya que los clubes que no cumplen con estas obligaciones pueden fichar a jugadores extranjeros por menores cantidades, lo cual es claramente una ventaja competitiva injusta.

  4. Impacto en el deporte:
    Este tipo de prácticas no solo afecta a los jugadores y a los clubes, sino también a la integridad del deporte en general. La credibilidad de las ligas, tanto profesionales como no profesionales, se ve comprometida cuando se permite que existan zonas grises donde la corrupción y la ilegalidad florecen. Los aficionados, los patrocinadores y las entidades que apoyan al deporte también ven afectada su confianza en el sistema.




¿Por qué se permite esto?
  1. Falta de control y fiscalización:
    Las autoridades competentes, como la FEB o las entidades fiscales, pueden carecer de los recursos o la capacidad para auditar adecuadamente a todos los clubes, especialmente en categorías inferiores. También puede haber una falta de voluntad política para enfrentarse a estos problemas, especialmente si algunos clubes están "metidos" en redes informales de poder o financiación.

  2. Intereses económicos:
    En muchos casos, los intereses comerciales y financieros de los clubes, patrocinadores y otras partes involucradas pueden influir en la toma de decisiones, favoreciendo una tolerancia tácita hacia estas prácticas ilegales. Si un club tiene éxito y genera ingresos, a veces el poder de la economía sumergida se convierte en un "mal necesario" para los implicados.

¿Qué se puede hacer?

Lo que necesita el sistema es una reforma estructural para erradicar la corrupción y la economía sumergida:

  1. Mayor fiscalización:
    Las autoridades fiscales y deportivas deberían implementar auditorías rigurosas para asegurar que todos los clubes, independientemente de su categoría, cumplen con las normativas fiscales y laborales. El uso de tecnología de auditoría avanzada podría ayudar en este proceso.

  2. Sanciones más severas:
    Deberían imponerse sanciones económicas severas a los clubes que violen las leyes fiscales y laborales, y en los casos más graves, incluso la expulsión de las competiciones. Este tipo de medidas haría que los clubes pensaran dos veces antes de incurrir en prácticas ilegales.

  3. Educación y concienciación:
    Los jugadores también deben ser más conscientes de sus derechos laborales. Muchas veces, la falta de información puede hacer que acepten condiciones laborales abusivas. Esto, a su vez, requiere una mejor educación legal y laboral dentro del mundo del deporte, tanto para jugadores como para clubes.

  4. Transparencia y rendición de cuentas:
    Los clubes, incluso los no profesionales, deberían tener la obligación de informar públicamente sobre sus finanzas y los contratos que firman con los jugadores, para garantizar que no se estén produciendo irregularidades.

En definitiva, lo que se describe es una grave problemática de corrupción y falta de control, que está afectando tanto a los jugadores como al sistema deportivo en su conjunto. Sin una intervención clara y efectiva por parte de las autoridades, esta situación seguirá perpetuándose.