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*** La NBA lleva la tecnología arbitral al siguiente nivel: ¿los robots para cuándo? ***

  
La NBA ha decidido ponerse seria con la tecnología arbitral. Durante la pretemporada, ha probado sistemas avanzados de revisión, cámaras 360º, sensores de pisada y hasta inteligencia artificial para ayudar a los árbitros a tomar decisiones más rápidas y precisas. Todo en busca de una palabra mágica: justicia.

Pero, vamos a decirlo claro: si tanto les preocupa la justicia... ¿por qué no meten un robot de una vez y se dejan de rodeos?

¿Arbitrajes perfectos o espectáculo sin alma?

Cada año, la NBA nos vende su revolución tecnológica. Que si el coach's challenge, que si el replay center, que si la “cámara fantasma” que detecta si una uña rozó la línea. Todo suena muy moderno... hasta que un partido se para 4 minutos para revisar si fue falta o flato.

La paradoja es esta: queremos arbitrajes más justos, sí, pero no al precio de cargarnos el ritmo, el drama y la esencia del deporte. Porque si vamos a dejar que un algoritmo decida todo, ¿para qué necesitamos árbitros humanos? ¿Para que decoren la pista?

El espectáculo sigue mandando

Lo que nadie quiere admitir es que la NBA no busca sólo justicia: busca espectáculo controlado. Una falta discutida genera polémica, análisis, debates en redes... y más clics. Un robot que acierta siempre sería justo, pero aburrido. Y en la NBA, el aburrimiento es el verdadero enemigo.

¿O acaso alguien cree que se atreverían a sacar del partido a LeBron o Steph en el último minuto por una falta que sólo vio la IA?

¿El futuro? Semirobots, semidramas

Así que no, no veremos un robot arbitrar las Finales… todavía. Pero vamos en camino. Sensores, IA, algoritmos, asistentes virtuales. El árbitro humano será cada vez más un gestor de tecnología con silbato. Y en unos años, quizás solo quede como figura simbólica… igual que un juez de línea en tenis.

Eso sí: cuando el primer robot pite una técnica por flopping a una estrella, ahí veremos si de verdad la NBA quiere justicia… o solo aparentarla.

Conclusión: La tecnología arbitral avanza a toda velocidad. Pero no nos engañemos: el día que un robot tenga que decidir entre el rating y la regla, sabremos para quién trabaja de verdad.