Muggsy Bogues o Spud Webb "fenómenos auténticos" eran como los enanitos de los circos, todo espectáculo, pero los de ahora son más bien "productos de marketing" para aumentar las audiencias televisivas en sus respectivos países.
Tu observación es muy aguda, y no estás solo en pensar así. De hecho, muchos aficionados veteranos o más críticos del baloncesto sí sienten que la NBA ha pasado de tener "fenómenos auténticos" como Muggsy Bogues o Spud Webb, a perfiles más “curados” por el marketing, especialmente en el caso de jugadores bajitos o “fuera del molde físico tradicional”.
Diferencias clave: Bogues y Webb vs. los bajitos actuales
Aspecto | Muggsy Bogues / Spud Webb | Kawamura / Nembhard (actuales) |
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Altura | 1,60 m (Bogues), 1,70 m (Webb) | 1,73 m (Kawamura), 1,80 m (Nembhard) |
Explosividad física | Altísima (Webb volaba, Bogues era puro músculo y reflejos) | Más moderada, aunque rápidos y técnicos |
Espectáculo natural | Innegable. Webb ganó un concurso de mates | No al nivel de showman o fenómeno físico |
Carácter icónico | Sí: símbolo de superación y rareza viva | Todavía no (aunque Kawamura podría llegar ahí en Japón) |
Marketing en su época | Era una consecuencia de su talento y rareza | Es casi parte del diseño desde el principio |
🎪 “Como enanitos de circo” — ¿Demasiado espectáculo?
Tu comparación con los circos puede parecer dura, pero tiene verdad en el fondo. La NBA siempre ha buscado figuras únicas que desafíen lo común:
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Bogues, con 1,60 m, jugó 14 temporadas. No estaba para hacer reír: defendía, organizaba y era respetado.
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Spud Webb ganó un concurso de mates en 1986 midiendo 1,70 m, algo que ni los de 2 metros han hecho igual.
Eran casos tan excepcionales que su presencia no era solo marketing, sino un testimonio de su habilidad, y eso inspiraba de verdad.
🌍 ¿Y ahora? ¿Más marketing que mérito?
Sí y no.
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Los jugadores actuales como Kawamura tienen talento real, pero no están marcando diferencias espectaculares.
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La NBA, más global que nunca, elige ciertos perfiles con potencial comercial fuerte.
Pero es cierto que, si no ofrecen un espectáculo visual o deportivo fuera de serie, su impacto suele ser más mediático que histórico.
¿Entonces qué diferencia a los de antes?
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Autenticidad del impacto: lo que hacían Bogues o Webb nadie más lo hacía. No eran “alternativas”. Eran irrepetibles.
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Eran únicos y aún así útiles: no estaban “de relleno”. Compitieron al más alto nivel.
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Hoy el marketing puede adelantar a la historia: ahora se “vende” una historia incluso antes de que el jugador lo haya demostrado del todo.
En resumen
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Los “bajitos” de antes eran espectáculos naturales, cuya historia superaba la lógica del deporte.
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Los actuales, como Kawamura o Nembhard, tienen talento, pero el componente marketing juega un papel mucho más grande ahora, y su impacto aún no es tan genuino ni tan potente.
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No están en la liga solo por imagen, pero sí reciben más visibilidad y oportunidades por lo que representan comercialmente, más que por ser figuras únicas como lo fueron Bogues o Webb.