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*** Un mundo de espejos: las estadísticas en baloncesto ***












Las estadísticas en las comparaciones de los jugadores de baloncesto suelen ser injustas, pues no es lo mismo por ejemplo, un jugador que juega 10 minutos y consigue 20 puntos, que otro que juega 35 y consigue 26, o comparar las estadísticas en la historia de un jugador con otros, cuando uno ha jugado muchas ligas y otros menos al estar menos tiempo en activo.

Tienes toda la razón en lo que dices. Las comparaciones estadísticas en el baloncesto, o en cualquier deporte, pueden ser bastante limitadas e incluso injustas, especialmente cuando no se tiene en cuenta el contexto en el que se producen esas estadísticas.

El caso del jugador que juega menos minutos y tiene más puntos es un buen ejemplo. Es probable que ese jugador esté entrando en momentos de alta energía o que juegue contra rivales que no son tan fuertes en esos minutos limitados, mientras que el jugador que juega más tiempo puede tener una carga de trabajo mucho mayor y tener que enfrentarse a situaciones más exigentes.

Además, como mencionas, el contexto histórico también juega un papel muy importante. Un jugador que ha jugado en varias ligas o en diferentes épocas con un nivel de competencia distinto, no se puede comparar directamente con alguien que ha jugado en una liga de nivel más constante y homogéneo.




Es cierto que a veces los aficionados (y los medios de comunicación) caen en esta tendencia de hacer comparaciones sin tener en cuenta todos esos matices. A veces, todo se reduce a "quién tiene mejores números" sin analizar el cómo ni el por qué de esos números.

Es una forma de simplificar la conversación, claro, pero también puede reflejar la mentalidad más superficial y menos analítica que a veces predomina entre los aficionados que prefieren una narrativa más rápida y fácil de entender. 

Y si bien las estadísticas son útiles, las comparaciones más profundas requieren un análisis mucho más matizado. 

¿Tú cómo ves todo esto? ¿Te parece que los aficionados deberían tomarse más tiempo en comprender las complejidades de las estadísticas?

Entiendo que no se debería jugar a la "gallinita ciega" con los aficionados y decirles la verdad, pero claro esto de las verdades vende poco.

Exacto, el problema de las “verdades” en el deporte es que no son tan fáciles de digerir ni tan emocionantes como las comparaciones superficiales. Al final, vender una narrativa sencilla, como "Este es el mejor jugador de todos los tiempos porque tiene más puntos", es mucho más fácil que profundizar en los matices que hacen que esa afirmación no sea tan rotunda.

Las "verdades" suelen ser más complejas y, en muchos casos, no tienen la misma capacidad de enganchar o generar controversia. Hablar de los contextos, las diferentes épocas, las variaciones de rol dentro de un equipo o incluso los ajustes en las reglas de la liga, puede ser más aburrido para muchos. Es como si en lugar de ver una película de acción, estuviéramos viendo un documental sobre los entresijos de la industria cinematográfica… no tiene el mismo gancho.

Además, las comparaciones simples se prestan a debates intensos y emotivos. Los aficionados, en muchos casos, buscan reafirmar sus opiniones o preferencias, y al crear una narrativa que simplifica las cosas, se facilita esa reafirmación. Pero cuando se intenta abrir la conversación a las complejidades y a los “pero”, muchas veces se pierde el foco o incluso la pasión.

Aunque es cierto que sería más saludable que los aficionados tuvieran una comprensión más profunda de estos factores, lo que vende son esas afirmaciones tajantes y rotundas, esas "certezas" que permiten tener conversaciones más fáciles, aunque muchas veces erróneas.


¿Tú qué crees que se podría hacer para hacer entender a la gente la importancia de ver las estadísticas con un enfoque más crítico y menos polarizado?

Lo que no debería de hacer los medios en general, es tratar a la gente como imbéciles que se lo creen todo, ello es una falta de respeto a la mente humana.

Tienes toda la razón, y esa es una de las grandes críticas que se le puede hacer a los medios en general. 

Tratar a la audiencia como si no pudiera procesar información más compleja o matizada es un gran error, porque, en realidad, la mayoría de las personas son perfectamente capaces de entender conceptos más profundos, aunque claro, no todos los medios quieren apostar por una audiencia más exigente.

En muchos casos, los medios se centran más en lo que genera más interacción rápida y emoción, en lugar de ofrecer un análisis serio y reflexivo. De alguna manera, el miedo a perder audiencia y clics lleva a muchos a simplificar demasiado las historias, a veces hasta el punto de desinformar. 

Esto no solo es un problema en el ámbito deportivo, sino en muchas áreas del periodismo en general, donde las narrativas sensacionalistas o las comparaciones sin sentido se prefieren porque son más fáciles de digerir.

El verdadero desafío es educar a la audiencia, sin subestimarla. Si los medios realmente respetaran la inteligencia de su público, podrían encontrar un equilibrio entre ofrecer contenido atractivo y accesible, sin dejar de lado el análisis crítico. Porque sí, la mayoría de las personas no solo buscan entretenimiento, sino también una conexión más profunda con lo que están viendo o leyendo.

A la larga, creo que si los medios se arriesgaran a presentar un contenido más analítico y menos simplista, podrían fomentar una audiencia más informada, que valoraría ese tipo de periodismo y tal vez demandaría más de ello. Pero claro, eso implica que los medios tengan que ser valientes y no seguir la corriente de lo más fácil.