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*** LA ACB, ASOCIACIÓN PRIVADA DE CLUBES PROFESIONALES, CADA VEZ CON MENOS JUGADORES ESPAÑOLES, SOSTENIDA POR EL GOBIERNO ***


La ACB (Asociación privada de clubes profesionales, con ánimo de lucro) sostenida por las instituciones gubernamentales españolas.

La cuestión de si la ACB (Asociación de Clubes de Baloncesto) debería estar sostenida por las instituciones gubernamentales españolas, considerando que es una asociación privada con ánimo de lucro y que sus plantillas incluyen cada vez menos jugadores españoles, es compleja y debe analizarse desde diferentes perspectivas:

Naturaleza de la ACB: 

Como bien mencionas, la ACB es una asociación privada de clubes profesionales y tiene ánimo de lucro. Esto la distingue de otras organizaciones deportivas que pueden ser sin fines de lucro y que tienen un papel más directamente relacionado con el desarrollo deportivo y social a nivel de base. 

En teoría, las organizaciones con ánimo de lucro deben sostenerse por sí mismas a través de sus propios ingresos (taquillas, derechos de televisión, patrocinios, etc.) y no depender de financiamiento público.


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Apoyo a la promoción del deporte: 

Por otro lado, los gobiernos suelen justificar el apoyo a organizaciones deportivas privadas con el argumento de que estas contribuyen a la promoción del deporte, la salud pública, y la imagen del país en el ámbito internacional. 

Sin embargo, este apoyo podría ser más defendible si el beneficio se distribuyera ampliamente en la sociedad (por ejemplo, fomentando la participación de jóvenes y promoviendo el deporte base), lo cual no siempre es el caso en las organizaciones con un enfoque más comercial.

Participación de jugadores españoles:   

La reducción en la participación de jugadores españoles en la ACB puede influir en la percepción de que el apoyo gubernamental a la liga no beneficia directamente al desarrollo del talento local. 

Esto podría generar críticas sobre el uso de fondos públicos para sostener una liga que podría estar beneficiando más a jugadores extranjeros y menos a los talentos nacionales, lo que podría llevar a la discusión sobre si los recursos deberían ser redirigidos hacia iniciativas que fomenten el desarrollo del baloncesto local y la formación de jugadores españoles.

Alternativas al apoyo directo: 

En lugar de sostener directamente a la ACB, las instituciones gubernamentales podrían enfocar sus recursos en programas específicos destinados a mejorar el desarrollo de jugadores nacionales, infraestructura deportiva en comunidades, o la promoción de la práctica del baloncesto a nivel amateur y juvenil.

En conclusión, dado que la ACB es una organización con ánimo de lucro, la dependencia de apoyo gubernamental debería estar sujeta a una evaluación rigurosa de cómo ese apoyo contribuye al bien común, y si se justifica en función de los beneficios sociales que puede aportar. 

Si el modelo actual de la ACB no está cumpliendo con objetivos de interés público, especialmente en cuanto al desarrollo del deporte nacional, podría argumentarse que la financiación pública debería revisarse o redirigirse.